ALTURA DE MIRAS
LuisCasualidades de la vida, pero lo cierto es que, nuevamente, el derbi capitalino se jugó bajo un intenso aguacero y viento que deslució el partido, no en cuanto a su intensidad pero sí en cuanto al juego desplegado por ambos equipos.
Intensidad
hubo, más en la grada, que en el campo, donde los jugadores de uno y otro
equipo se comportaron con deportividad, entrando virilmente pero sin que se
reseñara ninguna acción punible, más allá de dos tarjetas propias de cualquier
choque de fútbol.
Como queda
dicho en las gradas, hubo excesiva animadversión para un partido de niños de
trece años, todo ello, sin duda, otrora motivado por el rencor de una o varias
personas hacia otra u otras o hacia una entidad. Ya lo sostuve en la ida,
cuando perdimos, lo reitero ahora cuando hemos ganado, solamente es un partido
de niños de trece años. Pero al menos yo, no
quiero dar un minuto de gloria a quién no lo merece. Alguien debe
recapacitar y poner cordura, ese odio o resentimiento imbuido a terceras
personas, que lo asumen, sin más, como suyo, puede generar un problema más
serio.
Vayamos al partido. Lógicamente las circunstancias
climatológicas perjudicaron más al equipo que fue decididamente a por los tres
puntos. Ese fue el Real Jaén. Era quién más se jugaba en el lance. Ambos
equipos llegábamos con los deberes
hechos, con la permanencia y la tranquilidad en el bolsillo. Sin embargo el devenir competicional nos
debe hacer tener altura de miras.
Hegel
en su Fenomenología del espíritu dice que los hombres han perdido la costumbre
de mirar a lo alto. Por ello, a estas alturas, no nos debemos contentar con
cumplir nuestro primer objetivo, cuando podemos alcanzar un tercer puesto
histórico en las cuatro temporadas de devenir de una competición extremadamente
exigente. Para muestra un botón, sólo Málaga, Puerto Malagueño, La Cañada,
Granada, Betis Iliturgitano y Real Jaén, han disputado éstas, siendo el cuarto
puesto obtenido por la generación del 97 del Real Jaén la mejor clasificación
hasta la fecha de un equipo provincial.
Sin
embargo debemos saber quienes somos. Se habla en los foros, desde el absoluto
desconocimiento, del todopoderoso Real Jaén. Solo los que estamos dentro de la
casa, sabemos el esfuerzo que para la entidad supone, todas las semanas, que
los equipos base compitan. Somos un club con historia, con sentimientos, como
todos, pero con grandes penurias económicas, como todos también. Por eso ni
somos poderosos, ni nuestros hijos son “Maradonas”, son niños como los demás.
Ciertamente,
el entrenador Atlético planteo su partido, jugó sus bazas y estuvo a dos
minutos de conseguir su objetivo.
Nada criticable, sino todo lo contrario, licito, en fútbol uno más uno
no son dos. Pero en esta ocasión salió cara, en la ida fue cruz, para quién
puso más empeño y tesón en romper la igualdad.
En los
primeros compases del partido, parecía el equipo visitante querer tocar la
pelota en el centro del campo, pero a medida que el partido discurría, la
balanza y el dominio se inclinaba para los locales, cada vez la presencia en
tres cuartos de cancha era más evidente y las jugadas de peligro, con palo
incluido, tras la salida de un corner, se iban produciendo. Al igual que otras
dudosas, arbitralmente hablando, se generaban. Dos en la primera parte, un gol
anulado y un presunto penalti no señalado. El árbitro tomó esa decisión y es
respetable se comparta o no.
La segunda
parte fue de absoluto dominio de los rojos – también del cambio de ropa
consentido por el árbitro nos quejamos -, pero la tela de araña tejida impedía
que el marcador se alterara. El Atco. se defendía con orden. Dos nuevas jugadas
pudieron desequilibrar la balanza. Un nuevo gol anulado y un gol fantasma,
sometieron al árbitro a decisiones extremadamente complicadas.
El huí era constante, los visitantes, estaban en su área durante toda la segunda parte. Va a llegar se decía, pero no lo hacía. El tiempo cadencioso jugaba en nuestra contra. Tete, en decisión valiente y con esa altura de miras, ordenaba, a falta de quince minutos, defensa de tres. Una contra, en los continuos despejes de los blanquimorados, achicando balones, nos podía dejar boquiabiertos al jugar en el alambre. Carlos estuvo prácticamente inédito durante todo el partido.
El huí era constante, los visitantes, estaban en su área durante toda la segunda parte. Va a llegar se decía, pero no lo hacía. El tiempo cadencioso jugaba en nuestra contra. Tete, en decisión valiente y con esa altura de miras, ordenaba, a falta de quince minutos, defensa de tres. Una contra, en los continuos despejes de los blanquimorados, achicando balones, nos podía dejar boquiabiertos al jugar en el alambre. Carlos estuvo prácticamente inédito durante todo el partido.
El míster se la jugó y acertó plenamente. Defensa de tres con Alberto, José Carlos y Juan, Manu en el centro, con Alvarito y Bolívar abiertos en banda, Antoñín a la media punta y arriba los tres tanques, Joaquín, Tomás y Marc. Para él era un partido más nos decía en la cerveza nocturna en la
sede de Vandelvira, tomo idéntica decisión que contra La Cañada.
Daba igual un punto que ninguno, la meta presente eran los tres puntos, la futura la tercera plaza. Una jugada, en los estertores del partido, iba a cambiar el signo del partido y hacer justicia deportiva para aquel, insisto, que a mi juicio, más había puesto para obtener la victoria, así como un reconocimiento para Tete, otro de los damnificados de ese rencor.
Daba igual un punto que ninguno, la meta presente eran los tres puntos, la futura la tercera plaza. Una jugada, en los estertores del partido, iba a cambiar el signo del partido y hacer justicia deportiva para aquel, insisto, que a mi juicio, más había puesto para obtener la victoria, así como un reconocimiento para Tete, otro de los damnificados de ese rencor.
Alvarito hizo
un eslalon desde la derecha, se adentró en el área y fue derribado. Penalti,
para mí claro, para el que lo sufre seguro que no. El árbitro tomó esa decisión
y es respetable se comparta o no. La
responsabilidad para otro genio del balón - por cierto dos se perdieron -, Antoñín, tenía enfrente a un gran
portero, pero templo sus nervios y ejecutó con destreza. Ese lance nos dio la
victoria, una más, para en esa altura de miras, aspirar al bronce en la
categoría autonómica. Algo que con la derrota de La Cañada y Almería tenemos
más cerca.
Finalmente
debemos dar: A.-) la enhorabuena con mayúsculas al Málaga CF, con su victoria,
ante otro gran equipo como en Granada, tiene la liga con merecimiento en el
bolsillo. B.-) Animos al Betis Iliturgitano, puede y debe conseguir la
salvación, por equipo, afición e historia.
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