En Marbella
los padres del Real Jaén hacen gala de la alta cocina Jienense en los
famosos “Tupperware”
La pasada semana rendíamos visita
al Vázquez Cultural, cuyo coqueto y reducido campo de juego, el Vigil de
Quiñones está embutido dentro del casco urbano de la localidad malagueña de
Marbella. Ya saben, coches de lujo, yates a pie de apartamento, vamos la milla
de oro española por excelencia. Los padres del Real Jaén no lo podemos resistir
y allí que nos plantamos como socios honoríficos del “Marbella Tupper Club”.
Parque escenario de la entrega de los 1º Premios Marbella Tupper Club |
Desde los fogones de los mejores
restaurantes, los hornos de los suntuosos cortijos y alhacenas de las grandes
haciendas hasta las fiambreras de los
seguidores del Real Jaén, solo hay un paso; el “Tapperware”. Según reza la docta Wikipedia; En 1947 se presentó el
llamado tazón maravilla,
un recipiente plástico para poder transportar comida herméticamente. Su éxito
fue tal que hoy en día es el recipiente más empleado para poder llevar comida
al trabajo o introducir alimentos en los frigoríficos, congeladores
o despensas.
En la expedición
hacia tierras marbellíes ya íbamos con el apartado de avituallamiento,
sobradamente preparados. Había que acabar con las existencias restantes de la
semana anterior y las espuertas estaban a su máximo nivel de hielo y líquido
elemento. Viajábamos con el chófer titular del Real Jaén, Manolo que pronto se
preocupó por lo nutrido del equipaje. “Parece que llevais más bolsas nevera que
los macutos de los futbolistas”, se expresaba.
La primera
parada del viaje en ruta, junto al área de servicio. Bocata y pieza de fruta
para los magos del balón y en un plis plas, Manolo que levanta la portera del
autobús y zafarrancho de combate para matar el gusanillo. Si el jocoso, Marc
Rueda se ha integrado en el equipo, sus padres no se han quedado atrás. Montse
tuvo al bueno de Antonio la tarde anterior en busca y captura de la nevera
mágica.
La primera parada para picar entre plato y plato |
Tan mágica y
moderna la nevera que las pasamos canutas con su “fácil apertura”, cosas del
directo. Otro de los padres llamado cariñosamente el “Fairy”, tenía todas las papeletas para ir de boda, pero se comió la copa de espera y los
entremeses en Marbella. Entre todos llenamos el autobús de ilusión, a los que
no pudieron venir como los Merchan, El profe Moi, la familia de Alvarito por
lesión, y a la mamá de José Carlos por el
accidente, que se recupere pronto y que lo sepan los llevábamos en el corazón.
Un nudo nos
apretó la garganta al llegar a Marbella atravesando la AP-7, las cenizas del
voraz incendio de este verano casi nos dejaron sin palabras, cuanta desgracia
traen las llamas. Al poner un pie en la milla de oro de Marbella ya se olía el
éxito en el césped de los nuestros y de las afamadas cocineras, ojo y
cocineros. Un frondoso parque público, dotado con barbacoas, servicios, zonas
verdes y hasta jardinero, nos serviría de improvisado salón de celebraciones.
La entrega de
premios “Marbella Tupper Club”, daba comienzo con los socios honoríficos. En
primer lugar se concede el premio “Lo ha hecho mi mujer” a Toribio López, por
su elaborada ensaladilla de pimientos y
la presentación de los boquerones en vinagre, con daditos de ajo y escarcha de
aceite y perejil.
El premio “al
pan, pan y al vino, ya viene Juan”, a los villariegos Juan Antonio y Ana por
una hogaza de pan de pueblo de cerca de tres fanegas, acompañados de unos
chorizos fritos oreados y morcilla de matanza en temporada, que ya tiene miga
la cosa. Premio “Quisquilla futbolera”, a la autoridad Antonio e Inma por el acertado marisco, bastante recio y
aperitivos varios.
Antonio muestra los ejemplares de crustáceos marinos antes de su consumo |
Igualmente
premio ”Antonio, tu que quieres comer” para la familia Bolívar al completo, por
su dedicación en pleno con un exquisito Pulpo a la Malagueña, con una perfecta
ejecución-paliza al canto- y cocción del cefalópodo, así como un Pisto Manchego
lleno de matices y sabores de la mina. También reciben el galardón “Ahora le
preguntamos a Javi”, para Marisa y Javi que con unas croquetas y San Jacobos
caseros, ponen el sabor y color de la carne en Despeñaperros.
Siguiente
premio de “no te preocupes, eso ya lo traigo yo”, recae sobre Alberto y María Jesús a las consabidas cuñas
de queso, tripa de lomo, jamón al corte, le sumamos una magistral semi conserva
de arenque en su propio aceite marinado con hierbas, que lo elevan a plato de sushi jienense. Otro premio al
clásico “el salmorejo es para el verano”, para Aurora y Andrés por su
incansable sopa fría.
En el apartado
de premios a los nuevos miembros del Marbella Tapper Club, destacamos el “yo en la cocina no me meto” otorgado a
Montse y Antonio por unas delicias de huevo relleno, espolvoreado de yema y una
ensalada de pasta fría al aroma de salsa rosa. También un merecido premio “yo
que es lo que tengo que traer”, a la Familia Tenorio por una insuperable
empanada de jamón asado y queso, con hojaldre glaseado al huevo.
La familia Bolívar dando la del pulpo a la Malagueña |
Premio
destacado “Nena esto va a ser de la tapa
del delco” , a Grego y María José – que se mejore-, que le tocó llevar la
ensaladilla rusa por bandera y su inseparable nevera de latas. El premio
Donostia “Mira que esto lo ven en Bilbao, ostia”, para Belén y José nuestro
chef particular que se cuajaron unas tortillas españolas con denominación de
origen. Y para acabar el premio de consolación “Yo aquí meto el motocarro y……”,
a Francis por su simpatía, alegría y ejercer de maestro de ceremonias.
Tras esta
entrega simbólica de los 1º Premios Marbella Taperr Club, los padres nos
abandonamos a los placeres del condumio, para poco después realizar la mejor de
las digestiones con una victoria del Real Jaén en tierras marbellíes. Así, los
padres quedamos relegados para la siguiente entrega de premios gastronómicos .
¡Hala Real Jaén¡
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