Madre Mía, nos hemos abonado al sufrimiento. Cuanto cuesta ganar un partido en fútbol sala, máxime cuando la mayoría de equipos cuentan con dos bloques, uno para todos los partidos y otro para jugar contra nosotros o cuentan con una motivación especial, como ocurrió al Huelma, donde al margen de venir todos sus integrantes (por ejemplo contra el Piloto vinieron solo siete) se realizan pocas rotaciones e incluso tres niños apenas juegan o no disputan un sólo minuto. Todo ello es lícito y engrandece aún más nuestras victorias. Nos curten como equipo y como deportistas.
El partido contra el Huelma fue planteado con dos cuarteros en la primera parte, en amplia rotación. Alberto, Francis, Manuel y Alvaro de un lado y, del otro, Antoñín, Antonio Manuel, Jairo y Juan. Mientras que en la segunda mitad, se seguía con idéntica política, pero los cuartetos variaban, Alberto, Antoñín, Antonio Manuel y Alvaro y la segunda oleada la componían Juan, Francis, Manu y Jairo. Carlos y Antonio en portería.
La primera parte fue algo más igualada que la segunda. En ambas un denominador común la falta de acierto de cara a portería. Se generan un sinfín de oportunidades y no se anota ninguna. Es nuestro sino en toda la temporada de fútbol sala y con él y contra él estamos sufriendo y padeciendo. Para muestra un botón, la primera a los diez segundos por medio de Francis, la respuesta, como constante todo el partido, una gran parada del buen cancebero visitante.
Como queda reflejado la primera parte fue más equitativa en cuanto a fuerzas. Cierto es que nosotros tuvimos más oportunidades y más claras. Sin embargo el equipo visitante obligó a Carlos a lucirse en tres ocasiones casí consecutivas. Si bien con ellas finalizaba su bagaje ofensivo.. Nuestro juego fue fluido pero romo o, mejor dicho, nulo en ejecución cara a puerta. El primer gol fue conseguido por Bolívar de falta, por mor de un disparo a la misma escuadra. El tiempo pasaba y los nervios afloraban porqué, a pesar de merecerlo, finalizábamos con un exiguo uno a cero.
La segunda parte fue un monólogo de los nuestros. Una sóla oportunidad tuvo el equipo visitante que sacó Carlos. Nosotros acumulábamos tres o cuatro claras, antes del empate del Huelma. Con el uno a uno, a falta de ocho minutos, tocábamos arrebato y en liza el equipo de ataque: Antoñín. Alvaro, Jairo y Bolívar. Oportunidades dos cada minuto, de todos los colores. El portero, como vulgarmente se dice "se hacía internacional". Si su capacidad la demostró en el partido de ida, en éste, con creces, superaba sus prestaciones.
Como el corazón no puede con tanto sufrimiento, alguno abandonaba las instalaciones y no volvía hasta finalizado el partido con la granta noticia de nuestra victoria por dos a uno, merced a una nueva falta cobrada por Antonio Manuel a falta de tres minutos. Tras el gol Alberto a pista, pero mayores ocasiones para los nuestros sin reusltado de cara al marcador final.
Con esa victoria y la cosechada en el aplazado por Vandelvira en el feudo de Mengíbar, ambos equipos estamos empatados a puntos y con una renta de un punto sobre el Andújar. Apasionante se presentan los partidos de esta segunda vuleta que acaba de comenzar. La siguiente estación el derbi capitalino con el Atco. Jaén.
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