Tras complicarnos sobremanera el campeonato con el empate en Bailén y la derrota en casa contra el Mengíbar, acudíamos a Andújar contra las cuerdas, obligados a ganar para conservar nuestras opciones al título. Para ello teníamos indefectiblemente que ganar en una pista difícil, ante un gran equipo, repito equipo, quizás no sobresalen sus individualidades, pero colectivamente son enormemente difícil de batir y además cuentan con un grandísimo portero.
Si algo es el estigma de este equipo, es saber sobreponerse ante las adversidadades y, nuevamente, cuando más complicado lo tenían, sacaron fuerzas de flaqueza y sufriendo, en los minutos finales, se hicieron con la victoria por uno a dos.
Los que no tuvimos la suerte de poder ir o la fortuna según se mire, estábamos de los nervios e informados vía telefónica o por sms. Con el cero a uno conseguido por Javier Armenteros se templaban algo aquellos. Incluso ampliábamos nuestra ventaja, con un gol psicológico al borde del descanso conseguido por Alvaro.
Sin embargo el gol anotado por el equipo local, con quince minutos por jugar, ponía a nuestra hinchada, como la película de Almodóvar, al borde de un ataque de nervios. El partido de ida y vuelta convertía a Carlos en nuestro bastión y el tiempo, a pesar de su lento discurrir, jugaba a nuestro favor. Con el pitido final los chavales daban rienda suelta a su felicidad sabedores de la importancia del triunfo conseguido.
Dependemos de nosotros para conseguir un hito histórico en la categoría infantil, conseguir un campeonato provincial, es decir en primera provincial, con un equipo íntegramente formado por jugadores de primer año. Para ello nos basta el empate contra Vandelvira, la solución el domingo a las doce horas y treinta minutos en el central de La Salobreja.
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