ALMERIA EN TUPPERWARE

La expedición de padres del Real Jaén tira del famoso “Tupperware” y nevera en su periplo Almeriense

Mes de septiembre, comienza la Liga Andaluza. ¡Bien!. Pero también el colegio, los uniformes, los zapatos y el gasto del material escolar. Para colmo, nos han bajado los bolsillos a la altura de las pantorrillas y nos han subido los “IVAS”. Mari saca la bolsa nevera y las fiambreras de plástico “tapperware” que te regaló tu madre,  y “apaña la talega” que el niño juega esta semana en Almería.                                                         PINCHA + FOTOS

Comida de los padres del Real Jaén en Almería

Esta era la frase mas pronunciada entre los padres del Real Jaén Infantil ante el viaje a Almería de los jugadores. Hay que tirar de talega, o lo que es lo mismo llevarse la comida y bebida de casa. Parar en un restaurante de carretera o de primera línea de playa con una expedición de 23 jugadores, que llevan su manutención del club, pero en coca cola, zumos o refrescos son capaces de beberse dos cajas por barba.

A eso le sumamos los padres y acompañantes, la factura que te clavan se puede convertir en un caso de juzgado de guardia. La experiencia es un grado y ya la temporada pasada las expediciones del equipo se contaban y narraban por su excelsa gastronomía. Asesorados por nuestras familias de los pueblos, conocedores por antonomasia de la socorrida “talega” nos hemos convertido en unos profesionales del bolso nevera y la cocina al “tupperware”, y damos fe de ello en nuestro viaje a Almería.

Momento de la merienda tras el encuentro ante el Almería

El maletero del autobús se convierte en nuestra mejor bodega, al acoger la cantidad ingente del liquido elemento, con cebada y levadura presta a albergar sobre todas, la nevera del mecánico, parece que el zumo de cebada no se acababa nunca. Comenzamos el aperitivo, llegando a Guadix a la hora justa de unas cervezas, adrezadas con la clásica patata Casa Paco, aceituna gazpacha, con cuñas de queso y fiambre a discreción.

Los jugadores hacen acopio del la merienda del club y fruta fresca. Partimos hacia Almería, no sin antes, tener que parar en el arcén ante una micción de emergencia de un conductor de la Ciudad de las Minas, son como niños. A la llegada al campo de la Universidad de La Cañada antes del encuentro, será la playa situada a pocos metros nuestro campo de batalla gastronómico. Zafarrancho de combate y en un plis plas, unas mesas de picnic y la sombra del autobús hacen de improvisado restaurante de tres tenedores, eso si de plástico.

Los padres del Real jaén en proceso de montaje de la merienda

Comienza el desfile de envases multiusos plastificados repletos de delicias gastronómicas a las que no nos podemos resistir, hay que probarlo todo saladitos, encurtidos. Vamos nenes al salpicón de marisco, a las ensaladillas rusas y de pimientos, la empanada gigante ett… Una enrome hogaza de pan de kilo, que no se resistió ni un chófer a probar mojado con un salmorejo cordobés, con sello made in Real Jaén.

Niñossss, salid del agua y a comerse la tortilla de patatas. Vamos señores, al borde de la playa nos estamos refrescando por dentro y por fuera. Entrando en temas magros, er lomo embuchao, los flamenquines y filetes rusos dignos del chef con estrella Michelin, y no por que comemos junto a los neumáticos del autobús. Ya entonces entre delicatesen y comida casera  se mascaba el triunfo culinario y deportivo.

El placer del comer sumado al  buen ambiente se convierte en la perfecta antesala del cariño, como novios los andujareños, unos achuchones y un bañito  antes del partido. El restaurante catering “la talega del Real Jaén”, cierra sus envases hasta la próxima entrega, o sea la merienda. A tenor del resultado del partido no se  pudo tener mejor digestión, con el cero a uno nos trajimos los tres puntos, “a la buchaca”, como diría una de las madres que tras lo digerido, ha prometido adquirir una nevera para próximos encuentros. Bienvenida sea al club de la talega.

El equipo se refresca en agus Almerienses

De vuelta, entre risas con los jugadores exhaustos por el esfuerzo realizado nos quedaba la merienda en la playa. Un refrescante baño en aguas Almerienses que relajen los músculos y bocatas para aplacar la gazuza juvenil. Ya de noche en los Abades de Guadix, rematamos la faena gastronómica en pleno descampado gasolinero, como diría nuestro ilustre villariego “de lujo”. Hasta la próxima entrega del Club de la talega del Real Jaén.

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